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¿Qué bioflavonoides se pueden encontrar en las hierbas y plantas siberianas?

Los bioflavonoides son necesarios para el mantenimiento general de la inmunidad, la estabilización de las funciones del sistema nervioso, así como el funcionamiento normal de los vasos sanguíneos.

Los bioflavonoides son necesarios:

  • para superar la fatiga rápida y la debilidad;
  • en tiempos de estrés;
  • por cualquier lesión, especialmente aquellas acompañadas de sangrado;
  • para el tratamiento del aumento de la fragilidad de los capilares, problemas de presión, trastornos circulatorios;
  • para superar enfermedades inflamatorias del estómago y los intestinos;
  • al cambiar de estación, especialmente de cálida a fría.

Pero ¿qué bioflavonoides contienen las hierbas siberianas tan populares hoy en día en la medicina tradicional? En este artículo intentaremos responder a esta pregunta.

Siberia es la cuna de muchas plantas medicinales. Aquí crecen bayas de aronia, trigo sarraceno, escaramujos, dientes de león, bergenias, pimpinelas, valerianas, espinos y muchas más, ricas en bioflavonoides. A continuación, se enumeran algunos de los bioflavonoides beneficiosos que se encuentran en estas hierbas:

Quercetina.

Es quizás el antioxidante más potente entre los bioflavonoides . Además, previene la formación de placas ateroscleróticas y, por lo tanto, contribuye a la prevención y el tratamiento de enfermedades cardiovasculares. Recientemente, se han hecho recomendaciones para el uso de quercetina junto con zinc para el tratamiento de pacientes con gripe e infecciones virales.

La concentración máxima de esta sustancia se encuentra en las cebollas rojas. La quercetina también se encuentra en las manzanas, los tomates, el brócoli, los pimientos morrones, las uvas rojas, las cerezas oscuras, los arándanos rojos y las frambuesas.

Antocianina.

Su función principal es fortalecer las paredes de los vasos sanguíneos. La ingesta regular de antocianina mejora la visión y aumenta el rendimiento cerebral, previniendo el desarrollo de accidentes cerebrovasculares. La fuente más disponible de antocianina son los arándanos. Los médicos recomiendan consumir al menos medio vaso al día. En invierno, puedes comer bayas siberianas congeladas para obtener la cantidad necesaria de antocianinas.

Polifenol.

Los polifenoles ayudan en el tratamiento de diversas enfermedades inflamatorias. La mejor fuente de esta sustancia son las hojas del té verde, que crece en el sur de Siberia. Gracias a las propiedades antibacterianas de los polifenoles, el té verde es bueno tanto para beber como para hacer gárgaras.

El polifenol también fortalece el corazón y los vasos sanguíneos. Un estudio reciente descubrió que las personas que bebían varias tazas de té verde al día reducían significativamente el riesgo de sufrir un derrame cerebral o un ataque cardíaco.

Rutina (soforina).

Este elemento es responsable de curar la insuficiencia venosa crónica, el glaucoma, la fiebre del heno, las hemorroides, las varices, los trastornos circulatorios, el herpes, la cirrosis hepática, el estrés y las cataratas. La rutina también es útil en afecciones reumatológicas como la gota, la artritis, el lupus eritematoso y la espondilitis.

Catequinas y taninos.

Estos elementos ayudan en el proceso de limpieza del hígado , fortalecen los vasos sanguíneos y reducen la manifestación de reacciones inflamatorias. También pertenecen a sustancias que inhiben el crecimiento de células cancerosas. Previene la degradación del colágeno. Puede ser útil en el tratamiento de la hepatitis y la artritis. Se puede encontrar en las hojas de té verde y negro.

Canferol.

Este flavonoide natural promueve una limpieza rápida y eficaz del hígado y fortalece el sistema vascular. Este bioelemento es conocido como un agente contra el cáncer. El kaempferol también se puede encontrar en fresas, puerros, repollo, rábanos y remolachas.

Genisteína.

Un conocido regulador de estrógenos. Se cree que este flavonoide es capaz de detener el desarrollo del cáncer en diferentes etapas. La genisteína también protege el sistema cardiovascular humano. Es útil para mantener la salud de los hombres y también es necesaria para las mujeres durante la menopausia.

Conclusión.

Los bioflavonoides son biopigmentos a los que las plantas deben el color brillante de sus frutos. Por ejemplo, las antocianinas dan el color rojo, azul y morado, y las flavonas, flavonoles, auronas y chalconas, el amarillo y el naranja.

En el cuerpo humano, los bioflavonoides intervienen en el fortalecimiento de las paredes de los vasos sanguíneos. Además, son capaces de neutralizar los radicales libres y desempeñan un papel esencial en el suministro de energía al cuerpo. Además, los bioflavonoides intervienen en muchos procesos del organismo: tienen un efecto antioxidante, reducen la coagulación sanguínea, reducen la fragilidad y la permeabilidad de los capilares y mejoran los procesos metabólicos.

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